“¿Qué podemos hacer para mejorar la calidad de vida de las personas y aportar a nuestra sociedad solucionando un problema mientras generamos un impacto positivo?” Fue la pregunta que se hicieron Christian Knudsen, Iván Torroledo y Luis Huertas una tarde cualquiera mientras compartían un café.

Lo que empezó como un encuentro fortuito entre amigos se convirtió en un espacio en el que tres mentes curiosas, motivadas por la solución de problemas y por una pasión por explorar caminos alternativos a los tradicionales entendieron que la devaluación de las monedas locales en América Latina se estaba convirtiendo en un problema cada vez más latente que afectaba significativamente las oportunidades de crecimiento, desarrollo y estabilidad económica de las personas en la región.

A pesar de llevar vidas diferentes, con recorridos académicos y laborales distintos, además de una amistad y encuentros en algunos proyectos profesionales a Christian, Iván y Luis los unía el deseo de hallar una forma de mejorar la calidad de vida de las personas y contribuir al desarrollo de nuestra sociedad. Pero “¿qué podemos hacer?” “¿a qué problema quisiéramos hacerle frente?”.

Pronto estas preguntas encontraron respuesta cuando empezaron a discutir diferentes formas, qué problemáticas los afectaban directamente.

Por su parte, Iván llevaba algún tiempo intentando abrir una cuenta en un broker de Estados Unidos que le permitiera mantener parte de su patrimonio allí. Christian, por otro lado, había encontrado la manera de tener su dinero por fuera del país, en dólares, a través del estudio y manejo de crypto y Luis diversificaba los lugares en donde mantenía sus ahorros teniendo cuentas en diferentes partes del mundo. Adicionalmente, Christian y Luis habían cambiado la nómina de sus empresas de pesos colombianos a dólares y a través de esta única iniciativa, el interactuar con una moneda estable y fuerte, cinco meses después todos los salarios de los empleados se habían valorizado en un 25%. Así, y a comparación de sus amigos (que trabajaban en el país y ganaban en pesos colombianos), el poder adquisitivo de todos era sustancialmente mayor.

El problema estaba identificado: la devaluación de la moneda colombiana. Tanto Christian como Luis habían podido hacerle frente de diferentes formas y a través de diferentes herramientas, siendo una de ellas el uso de la tecnología y de crypto, e Iván había podido identificar las limitaciones que existían desde el sistema tradicional para acceder al uso de una moneda estable. El conocimiento y experiencia que tenían los tres sobre estas áreas permitían generar una solución frente a la problemática, el objetivo ahora era democratizarla y permitir que más personas tuvieran acceso a ella.

Ese mismo día, y con un tablero al frente, los que hoy en día son los fundadores de Littio comenzaron un proceso bastante orgánico de proyección y organización que pronto se convirtió en la base para la creación de una empresa que, a través de una revolución financiera, busca transformar las dinámicas del mundo actuales.